lunes, 22 de diciembre de 2008

Depresión navideña


Después de un largo examen de autoconocimiento —nótese lo importante que suena una cosa así—, descubrí porque mientras mucha gente se sume en la tristeza en esta época del año, a mí me viene guanga.
No están ustedes para saberlo, pero cuando la gente piensa en el año que termina, yo ya estoy concentrado en el 6 de enero, que es la fiesta de mi pueblo. Así que el cierre del año me tiene completamente sin cuidado. Lo que se pudo hacer, pues bien. Y lo que no, también.
Claro, hay una parte importante de la gente para la que la época navideña y el año nuevo significan momentos difíciles. Mucho más si pensamos en que este fin de año ha estado aderezado con una linda crisis económica —que dicho sea de paso, le debemos agradecer a los gringos—. Así que los momentos de angustia, la sensación de soledad o fracaso, típicos de la época combinados con la crisis económica, podrían incrementar los cuadros de depresión. El spleen, que aquellos poetas de mediados del siglo XIX.
Entiendo que la depresión navideña la padece hasta al 20 por ciento de los adultos. En México de acuerdo a la Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica el 28.5 por ciento de la población presenta en su vida algún trastorno psiquiátrico donde el principal es la depresión. Los especialistas dicen que desaparece después de dos o tres semanas.
Así que si usted —uno de mis cuatro lectores, de acuerdo con la estadística— es de los que se sienten tristones porque viene la Navidad, este tercio de plana, en un inusual ejercicio de servicio a la comunidad —con información de la farmacéutica Novartis— les ofrece la siguiente información:
Tenga expectativas realistas, no hay que creer que por tratarse de Navidad o Año nuevo todos sus problemas desaparecerán como por arte de magia. No espere pasar una Navidad perfecta, porque de no ocurrir se deprimirá.
No viva en el pasado. Al arriba firmante las posadas le parecían más bonitas antes que ahora, porque todo tiempo pasado no fue mejor. Evite comparar estas fiestas con las de años anteriores. Concéntrese en el futuro y en las posibilidades que le traerá el nuevo año.
Mire a su alrededor. Si sólo piensa en usted y sus problemas, sólo logrará aumentar la tristeza.
No piense sólo en el dinero. Concéntrese más en las relaciones personales, que en el estado de la bolsa, el índice de desempleo y otras situaciones que no puede controlar. Como decía aquel comercial: regale afecto, no lo compre.
Cuidado con el alcohol. Recuerde que el alcohol es un depresivo y cuando toma en exceso, empeora el spleen.
Y por último, piense que ya vienen los reyes magos. Y aunque sea un cuerno retorcido, pero algo traerán.

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