miércoles, 26 de agosto de 2009

Pelele

La primera vez que leí esta palabrita dominguera —pelele— era un mozalbete imberbe que gustaba de la revista Contenido. La recuerdo perfectamente porque no entendí lo que significaba y porque era una portada en color verde bandera con una carota delineada en negro de Emilio Portes Gil. Y decía: “Yo nunca fui un pelele de Calles”.
No entraré en detalles, pero la palabra pelele regresó a mi vida cuando Andrés Manuel López Obrador, alias El Peje, tuvo a bien endilgarsela al actual presidente Felipe Calderón. Y vino de rebote.
Con un fulano que se hace llamar Juanito. Pero que se llama Rafael Acosta Martínez. Y que en realidad me viene valiendo un soberano pito.
Pero que últimamente es noticia porque ganó la elección de delegado de Iztapalapa pero prometió cedérsela a una señora que llama Clara Brugada, cuyo marido y cuñado ya fueron delegados en esa misma demarcación. Es decir, se comprometió a ser el pelele de la señora Brugada y del mismísimo Peje.
Pero tal parece que Juanito —o como se llame— ya les salió respondón. O por lo menos anda buscando como negociar ser un pelele, pero con dignidá. Si es que tal cosa es posible.
Así que lo más seguro es que Juanito pase a la historia como un señor que se ponía cintitas tricolores en la cabeza y al que mangoneó López Obrador, que no deja de darse sus baños de pureza. El experto en ver la paja en el ojo ajeno y sin sentir la viga en el propio.

martes, 25 de agosto de 2009

Equus asinus

Ya tenía ciertas sospechas de que algunos de los profesores pasaron de noche la Normal o lo que corresponda.
Pero cuando se dieron a conocer los resultados del examen nacional de conocimientos y habilidades docentes de la SEP lo confirmé:
75 por ciento de los aspirantes a maestros frente a grupo tronó como ejote el mentado examen que solamente tenía 80 preguntas. Tres de cada cuatro aspirantes a maestros no respondieron correctamente ni 42 preguntas.
Si nos atenemos al porcentaje, esto puede significar que el profesorado del país que enseña en las aulas tiene muy bajo nivel. No me atrevo a asegurar que puedan reconocer a la o por lo redondo. O que sepan hacer, sin ayuda de una calculadora, operaciones de más de tres cifras. O que lean de corrido un texto de una cuartilla. Y mucho menos que comprendan un libro de 200 páginas.
Puedo asegurar que muchos de nuestros maestros ignoran las reglas elementales de la ortografía y que no reconoce una palabra grave cuando la tienen enfrente.
Pero, ¿quiénes son los responsables de tales pobrezas intelectuales? ¿Otros, maestros?, ¿las autoridades?, ¿los sindicatos?, ¿la sociedad?, ¿todos?
No lo sé.
La única certeza que tengo es que hay una gran cantidad de ejemplares de Equus asinus entre nuestros docentes. No agraviando lo presente.

lunes, 24 de agosto de 2009

Ojalá hubiera sido un compromiso

Me encontraba reflexionado sobre la política exterior de las islas Aleutianas, que tanto dan de qué hablar en los últimos tiempos, cuando fui interrumpido por un charco así de gordo.
Iba llegando antenoche a Toluca y, de manera inusual, decidí irme por la avenida Alfredo del Mazo, así que tenía que conducir por el carril izquierdo de la prolongación Isidro Fabela para encaramarme en el puente que atraviesa esa calle y conduce a la mencionada Del Mazo.
Estaba lloviendo, de modo que los limpiabrisas estaban funcionando pero resultaron insuficientes para el volúmen de agua que cayó una vez, otra vez y una tercera. Tres charcotes, supuse, unos metros antes de subir al mentado puente. Por fortuna, yo sabía cuál es el trazo de la vialidad. Pero no quiero imaginarme qué le podría haber pasado a un ingenuo visitante que creyendo que al llegar a la capital del estado más importante del país iba a encontrar vialidades de primer mundo.
Supongo que lo menos que hubiera pasado es que hubiera frenado y patinado, con el consecuente susto. En el peor de los casos, tal vez hubiera chocado.
El asunto es que además de los charcos no hay suficiente iluminación. Así que sin ir a ciegas por completo, el acceso de Atlacomulco a Toluca en medio de un aguacero es lo más parecido a una trampa. Ignoro qué oficina sea la responsable de esa vialidad. Pero quién sea tiene que hacer algo. Nomás por dignidá.
Lástima que no fue un compromiso.

miércoles, 12 de agosto de 2009

Los dueños de las aceras

El otro día estaba muy orondo buscando donde estacionarme en una de las colonias aledañas al centro de Toluca. Donde ya no es tan fácil encontrar espacio de estacionamiento. De tramo en tramo había algun espacio, pero se trataba de algún portón o, en su defecto, de un par de huacales, unas sillas o hasta un anuncio de no estacionarse perfectamente adosado a un poste sobre la base de un rin de llanta o algún otro aditamento.
El fenómeno no es exclusivo del centro de Toluca y sus colonias periféricas. Cada vez es más frecuente encontrar a los que se sienten dueños de la vía pública que está enfrente de su casa o negocio. Los que creen que nadie debe estacionarse enfrente de su domicilio —y no me refiero a la puerta de su cochera, porque eso me parece lógico—.
Aunque esas prácticas están prohibidas, nunca falta el que quiere a toda costa apartar un lugar de estacionamiento o de plano impedir a toda costa que alguien tape la hermosa fachada estilo neoclásico bucólico postmodernista de sus elegantes domicilios. O sus sofisticados aparadores de Productos Pimienta.
Esos los díscolos incivilizados que se sienten dueños de las aceras deberían ser llevados al cadalso. Con todo y sus botes, huacales, sillas y demás aditamentos. Sin dejar de mencionar su buen humor y gentileza.

martes, 11 de agosto de 2009

El atentado


A estas alturas del partido, ya no sé en qué creer.
Un sicario, operador financiero y expolicía ministerial, tenía un plan para asesinar al presidente Felipe Calderón.
La detención y el anuncio se hacen en medio de la reunión cumbre de líderes de América del norte. Y se asegura que la razón del plan para atentar contra el presidente es su “guerra declarada en contra del crimen organizado” además de que se le incautó dinero al cártel del Pacífico —que es otra forma de llamar al cártel de Sinaloa o del Chapo Guzmán—.
Y la verdá es que aunque se trata de la primera vez que se revela un plan del crimen organizado para atentar contra el presidente, no sé si tal cosa puede ser verdad.
Como dicen en mi pueblo: la burra no era arisca… Lo que sucede es que a lo largo de muchas décadas las autoridades han detenido a docenas de capos, jefes de jefes, líderes de organizaciones, brazos derechos, principales operadores, cerebros financieros… y un mundo de sicarios, pero el narcotráfico —esa hidra de mil cabezas [la original tenía siete]— sigue tan campante.
Por eso cada que detienen a uno de tantos capos, aparecen mis dudas. Igual que ahora. ¿Será verdad lo del plan para asesinar a Calderón? O es como el caso de todos aquellos jefes que terminan por ser un engrane más en una nociva maquinaria que nadie ha podido descarrilar.

lunes, 10 de agosto de 2009

La expectación

A propósito de la expectativa generada por la llegada de María Elena Barrera Tapia a la presidencia municipal de Toluca, me escribe don José Luis Estrada.
“La gente optó por la opción creo que menos mala pero muy riesgosa, la señora Barrera, persona que carece de experiencia, perfil, preparación, toma de decisiones, capacidad, etcétera, para poder gobernar la capital del estado de México, que si bien es probable tenga las mejores intenciones, va a necesitar de un ejército de asesores para sacar adelante al gobierno municipal, por consecuencia la señora va a estar de adorno porque el gobierno no lo ejercerá ella al carecer de los mínimos conocimientos para ello, sino de las gentes más allegadas, sus asesores y los funcionarios que provengan del ejecutivo estatal, por lo que las expectativas respecto a su gobierno si bien son lógicas dados los últimos tres años de gobiernos municipales en Toluca, o quizá un poco más de tiempo, son lógicas y fundadas, la respuesta real por capacidad del gobernante electo no va a poder responder a esto, si además le agregamos que el gobierno municipal de Juan Rodolfo Sánchez no tiene capacidad económica, cuestión que va a heredar a la siguiente administración, es de concluirse que no van a darse cambios ni profundos, ni radicales ni en función mínima a lo esperado por la gente”.
“La gente decidió así, pero la decepción va a llegar muy pronto es lógico, los elementos que se tienen así lo concluyen, aunque por otra parte, es de meditarse: ¿por quién pudiera haberse votado entonces?, pobres de los ciudadanos que cada vez tenemos una inferior calidad de candidatos, de políticos, de líderes capaces, con convicción y vocación de servicio, no de beneficio propio y personal”.
Aunque don José Luis tiene razón por lo que hace a la escasa oferta política en las últimas elecciones, esperemos, por el bien de Toluca, que en su pronóstico para el gobierno municipal de María Elena Barrera, se equivoque.

miércoles, 5 de agosto de 2009

Zacango

El Zoológico Zacango tiene muchas historias que contar. Casi todos los que hemos visitado ese parque guardamos alguna experiencia, un recuerdo o una emoción.
Pero también están las historias vergonzosas. Las que ningún directivo o funcionario quisieran que se recordaran.
Claro, ahí está el reciente robo de dos águilas reales. Cómo, quién y porqué son todavía preguntas sin respuesta satisfactoria. Por lo que sabemos, nadie vio nada, nadie sabe nada. Las águilas reales desaparecieron como por arte de magia. Ahora deben estar en algún zoológico particular… o en la casa de alguien… o sabrá Dios dónde.
Es escandaloso que ocurra algo así. Porque entonces quién sabe cuándo se robarán un antílope, un coatí o exageradamente un elefante —a estas alturas todo es posible—.
Zacango volvió a la saltar a la fama nacional.
Otra vez por un hecho bochornoso. Como aquel de la década de los noventas, cuando un funcionario estatal se aventuró a Estados Unidos para adquirir un gorila. Y resultó que el gorila aquel que se iba a traer a México era un agente estadunidense encubierto, lo que le valió al Zoológico Zacango una penosa aparición por el mundo mundial y al funcionarios unos meses de cárcel de primer mundo.
Pero el caso reciente pone de manifiesto el estado de abandono y descuido en el que están los parques estatales. Zacango es, tal vez, el mejor conservado. Pero ahí en el aviario ya no es posible atravesar por el puente colgante, por ejemplo. Y hace unos meses algunas bardas de la antigua hacienda se vinieron abajo.
Y de otros parques mejor no hablar.