miércoles, 12 de agosto de 2009

Los dueños de las aceras

El otro día estaba muy orondo buscando donde estacionarme en una de las colonias aledañas al centro de Toluca. Donde ya no es tan fácil encontrar espacio de estacionamiento. De tramo en tramo había algun espacio, pero se trataba de algún portón o, en su defecto, de un par de huacales, unas sillas o hasta un anuncio de no estacionarse perfectamente adosado a un poste sobre la base de un rin de llanta o algún otro aditamento.
El fenómeno no es exclusivo del centro de Toluca y sus colonias periféricas. Cada vez es más frecuente encontrar a los que se sienten dueños de la vía pública que está enfrente de su casa o negocio. Los que creen que nadie debe estacionarse enfrente de su domicilio —y no me refiero a la puerta de su cochera, porque eso me parece lógico—.
Aunque esas prácticas están prohibidas, nunca falta el que quiere a toda costa apartar un lugar de estacionamiento o de plano impedir a toda costa que alguien tape la hermosa fachada estilo neoclásico bucólico postmodernista de sus elegantes domicilios. O sus sofisticados aparadores de Productos Pimienta.
Esos los díscolos incivilizados que se sienten dueños de las aceras deberían ser llevados al cadalso. Con todo y sus botes, huacales, sillas y demás aditamentos. Sin dejar de mencionar su buen humor y gentileza.

No hay comentarios: