miércoles, 5 de agosto de 2009

Zacango

El Zoológico Zacango tiene muchas historias que contar. Casi todos los que hemos visitado ese parque guardamos alguna experiencia, un recuerdo o una emoción.
Pero también están las historias vergonzosas. Las que ningún directivo o funcionario quisieran que se recordaran.
Claro, ahí está el reciente robo de dos águilas reales. Cómo, quién y porqué son todavía preguntas sin respuesta satisfactoria. Por lo que sabemos, nadie vio nada, nadie sabe nada. Las águilas reales desaparecieron como por arte de magia. Ahora deben estar en algún zoológico particular… o en la casa de alguien… o sabrá Dios dónde.
Es escandaloso que ocurra algo así. Porque entonces quién sabe cuándo se robarán un antílope, un coatí o exageradamente un elefante —a estas alturas todo es posible—.
Zacango volvió a la saltar a la fama nacional.
Otra vez por un hecho bochornoso. Como aquel de la década de los noventas, cuando un funcionario estatal se aventuró a Estados Unidos para adquirir un gorila. Y resultó que el gorila aquel que se iba a traer a México era un agente estadunidense encubierto, lo que le valió al Zoológico Zacango una penosa aparición por el mundo mundial y al funcionarios unos meses de cárcel de primer mundo.
Pero el caso reciente pone de manifiesto el estado de abandono y descuido en el que están los parques estatales. Zacango es, tal vez, el mejor conservado. Pero ahí en el aviario ya no es posible atravesar por el puente colgante, por ejemplo. Y hace unos meses algunas bardas de la antigua hacienda se vinieron abajo.
Y de otros parques mejor no hablar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

El fraude del hombre disfrazado de gorila no tuvo nombre....es increíble que hoy nadie se acuerde de esa situación que ofende la inteligencia de las personas...pero es aún más increíble que esos actos sigan cometiendose como si nada. Muy buen post, necesitamos recordar estos horrores que rayan en la tragicomedia, necesitamos recordar para no volver a caer en esto.