lunes, 6 de abril de 2009

Una educativa

A propósito de la reforma educativa en la Gran Bretaña, a la que me referí el pasado 1 de abril —los estudiantes británicos de primaria deberán demostrar el dominio de nuevas herramientas de comunicación como los blogs, los podcasts, Wikipedia o Twitter—, el maestro Ariel Pérez dice que las evidentes carencias mexicanas son la punta del iceberg.
Él sabe de lo que habla —desde luego, mucho más que yo—, puesto que tiene toda una vida dedicada a estos menesteres.
Lean, mis estimados cuatro lectores, lo que el maestro me hizo favor de señalar:
“Coincido plenamente en tus planteamientos respecto a la educación en México, contrastada con otras del mundo. Y déjame decirte que lo que refieres es solamente la punta del iceberg con respecto a las diferencias: a lo ya referido por ti podríamos agregar el tiempo que los alumnos va a la escuela, en los Países Bajos, Dinamarca, Italia, Liechtenstein y Luxemburgo, los escolares llegaban a los doscientos días de clase, ahora se han reducido. En España, la media es de 176 jornadas. En el vecino del norte la mayoría de los estados tienen ciclos escolares de aproximadamente 180 días, etcétera. En España, por ejemplo, los niños van a la escuela de tiempo completo, en su mayoría, y allí mismo la primaria está integrada por tres ciclos, el primero abarca primero y segundo grado, el segundo, tercero y cuarto y el tercero quinto y sexto. Los alumnos transitan de grado sin mayor contratiempo y solamente para cambiar de ciclo es cuando se revisa la evaluación. La evaluación no es numérica como aquí, allá se van cotejando los rasgos del perfil que se está contribuyendo a formar con dos variables: progresa adecuadamente o necesita mejorar, lo que nos pone a años luz de esa visión constructivista basada en competencias. El programa de fomento a la lectura está en todos los grados y es eminentemente académico, no como aquí que se ha desvirtuado convirtiéndose en un asunto administrativo: cuántos libros ha leído, sin importar si comprendió o no. De las asignaturas que mencionas, se parecen a la currícula española y si ponemos atención no se habla de historia. En España no se enseña historia sino hasta la secundaria. La razón tiene sustento psicopedagógico: los niños de entre seis y 12 años de edad no tienen como interés de aprendizaje la historia, su interés se centra en su presente, en sí mismo, en su familia, en su entorno. Allí tienes la explicación de por qué les interesa incluir todo lo referente a las nuevas tecnologías de la información. También allí está la respuesta a por qué en México si a los niños se les enseña la historia de México y la historia universal y se les repite una y otra vez en tercero, en cuarto, en quinto, en sexto, y llegan a la secundaria y no recuerdan nada: no está en sus intereses psicopedagógicos. Ah, pero sí les enseñan geografía. (¿Recuerdas lo del entorno?). Luego viene la preparación de los maestros españoles. Algo que llamó poderosamente mi atención fue los promocionales para ingresar a la Facultad de Pedagogía (no hay Escuelas Normales): ‘Por fin podrás realizar tu sueño de ser maestro. Inscripciones abiertas’. Sin palabras. Luego los profesores se especializan por ciclo escolar; nunca verás a un maestro especializado en primer ciclo dar clases en el segundo o en el tercero. Antes de iniciar un nuevo aprendizaje significativo, como aprender a dividir, a multiplicar cifras de más de cuatro números, a obtener la raíz cuadrada o la cúbica (¿te suenan conocidos?), se convoca a los padres de familia a reunión (generalmente a las ocho de la noche para no interrumpir clases) y el maestro explica cuál será el método que utilizará para ello y en qué consiste (para que los papás lo sepan y además no confundan a los niños con sus ‘propios métodos’), luego refiere que si al paso de las dos o tres semanas que el método recomienda, la mayoría de los niños aún no lo domina, cambiará al método tal, etcétera. Profesionalismo, preparación, vocación, responsabilidad”.
Cualquier cosa, ¿verdad? Aunque si se hace en otros lugares, no veo por qué no podía hacerse aquí…

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