jueves, 29 de enero de 2009

Las Mac


Cuando comencé en esta actividad del periodismo comenzó mi contacto con las computadoras de Apple, las Macintosh.
Mi mayor contacto por aquellos días eran una computadoras personales —las PC— muy rudimentarias en las que había que aprenderse por fuerza una serie de comandos, y algo de programación, si querías que funcionaran como Dios manda. Algo así como C: dir/w o C: chkdsk A: y cosas por el estilo.
De modo que cuando estuve enfrente de una Classic y para abrir un archivo no tenías que recurrir a un montón de comandos sino a clicks por aquí y por allá, fue una verdadera bendición.
El sistema operativo de entonces se llamaba Sistema 7. Y las maquinitas funcionaban a la perfección, incluso con la posibilidad de mandar mensajes de computadora a computadora, como se hace en los chats y mensajeros de la actualidad… pero que algo imposible para la tecnología existente en ese momento en las PC.
Y entonces, desde hace casi dos décadas, no he dejado de utilizar la tecnología de Apple —salvo sus teléfonos, que no me convencen—.
De hecho, aunque las PC ya funcionan con un sistema operativo de ventanas, me parece tan enredado y complicado como cuando tenía que usar comandos para redactar dos líneas. Incluso, su sistema operativo más reciente, el Vista, es una verdadera porquería.
En cambio las Mac siempre han mejorado.
Por eso me causa mucha alegría que esta semana hayan alcanzado los primeros 25 años de existencia.
Y aunque los usuarios de PC deben verle alguna ventaja a sus equipos —sobre todo en precio— muy poco pueden hacer frente a las maravillas de Apple. Con el solo hecho de que después de unos segundos de encenderse la computadora esté totalmente disponible —y no como en el promedio de las PC, a las que hay que esperar casi horas—, el arriba firmante se da por bien servido.
Por lo demás, Apple tiene la mayor tasa de recompra y la lealtad de cualquier fabricante de equipos y componentes informáticos. Si bien esta fidelidad a la marca es considerada inusual para cualquier tipo de producto, Apple no parece haber dejado de lado su manera de trabajar. Hasta su fundador regresó para dirigir la compañía —y la acaba de dejar—.
Felices 25.

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