miércoles, 4 de febrero de 2009

Otra antitaurina

Que dice llamarse Daniela López se tomó la molestia de escribirle un correo electrónico a un idiota como yo.
A continuación el mensaje. Con una advertencia: hay violencia verbal y veladas amenazas, demasiadas para una persona que es defensora de los animales. Daniela López me dice:
“Es una pena que personas como tú estén en los medios de comunicación. Y es que por mas trato de entenderlos, no puedo, necesitaría empequeceñer (sic) mi cerebro o tal vez podría si me volviera igual o mas (sic) idiota que tu. Todos ustedes me dan asco, eso de que las manifestaciones te causan gracia, ternura y algo de piedad; eso es pura basura; para disfrutar de ‘espectaculos’ (sic) como ese se necesita ser totalmente insensible, cruel e imbécil. Mejor deberíamos de torturarlos a ustedes, eso si (sic) sería divertido.... no, mejor a su familia enfrente de ustedes, jaja eso aun sería mas (sic) divertido, definitivamente me causaría mucha gracia, no lo sé, el solo verte sufrir o que implores piedad me haría sentir tanta ternura. Pero sabes que, si algo no tendría sería piedad por personas como tú.
“Tal vez sería mejor cambiar nuestros intereses, y en vez de enfocarcarnos (sic) a luchar por los derechos de los animales, deberíamos de enfocarnos a impartir cerebros a personas huecas, y un corazón a esos insensibles que abundan.
“Dices que debe prevalecer el respeto; comiencen ustedes mismos respetando la vida de otros seres vivos, y luego hablamos.
“¿Quieres divertirte?, perfecto hazlo, estás en tu derecho, pero no con el sufrimiento de un animal, porque ellos también tienen derechos, como todos. O que, ¿eres un ser supremo?.... no, no lo eres. Aterriza. Los animales no están para tu servicio ni para el servicio de nadie.
“Así que ubicate! (sic)”.
Y mi respuesta es:
Me encanta la tolerancia de los antitaurinos. Particularmente porque son capaces de defender “los derechos” de los animales —que todavía no sé cuáles son, ¿votar?, ¿respirar?, ¿educación?— pero no se detienen cuando se trata de proferir amenazas de “torturar” a otros seres humanos.
Sobre la posibilidad de que Daniela López —y los antitaurinos— me hagan el favor de “impartir” otro cerebro, pues agradezco mucho la buena intención, pero el que tengo funciona a la perfección. El “corazón” para volverme sensible de plano no se los acepto, porque hasta donde sé este músculo sólo sirve para bombear sangre y nada tiene que ver con la romántica idea de que genera los sentimientos.
Y para finalizar, respondo a la joya de que “los animales no están para tu servicio ni para el servicio de nadie”. Yo, que me críe en un pueblo, puedo dar testimonio de que los animales son muy útiles cuando están al servicio del hombre —ni hablo de la alimentación— como bestias de carga, de transporte, de tiro o de guardia, con su pelaje como materia prima para elaborar tejidos, como fuente de ingresos extraordinarios, para comunicarse, divertirse e incluso fertilizar…

1 comentario:

Anónimo dijo...

En primer lugar reconocer tu calidad moral y profesional por publicar los mensajes que te hacen llegar estas personas, porque bien podrías leerlos y borrarlos, sin embargo tienes el valor de publicarlos. ¡Bien por ello! En segundo lugar decirte que cada quien es dueño de su tiempo, de sus preferencias, de sus gustos, de sus entretenimientos. A ti te gustan las corridas de toros, a otros no. Cada quien está en su derecho de abogar a favor o en contra. Sin embargo hay límites: la libertad de alguien termina donde empieza la de el otro. Y con ofensas e injurias las personas no cambian su forma de pensar o de sentir. La argumentación es un arte. Invito a conocerla a fondo para tener idea de cómo puede uno acercarse a pretender cambiar la ideología de las personas. Sigue contándonos lo que ves, lo que eres, lo que piensas, lo que vives: eso hace un comunicador. Y del asunto, ojalá lo podamos dar ya por zanjado. Cuídate.

Ariel Pérez Jiménez