miércoles, 4 de febrero de 2009

Penúltima de antitaurinos

Sus mercedes habrán de perdonar, pero sigo recibiendo mensajes de los antitaurinos y animalistas que se han inconformado contra el arriba firmante por haber dicho que las marchas y vallas antitaurinas me causaban cierta ternura. Mejor hubiera sido desdeñarlas. Así que espero que la andanada termine, dado que hoy es el aniversario número 63 de la Plaza México y esta es la época del año en la que hay mayor celo de los animalistas.
Por lo que a mí toca, volveré al tema mañana. Con tres respuestas pendientes.
Ahora, doy cuenta de dos mensajes, con su respetiva y breve respuesta.
Eduargo Garzón-Sobrado escribió: “Lamentable artículo…
“Es increíble que en pleno siglo XXI alguien pueda publicar una frase como: ‘que dejen que otros cuantos miles ejerzamos nuestro derecho a divertirnos como se nos pega la gana’, cuando dicho ‘derecho’ consiste en gozar con el terrible y gratuito sufrimiento ajeno, con la tortura y despedazamiento de un ser vivo e inerme, sensible y consciente! (sic)
“Qué triste es constatar que los demás países progresen y evolucionen mientras en el nuestro siguen habiendo espacios de expresión para gente de éste nivel tan bajo —si no nulo— de moralidad, de consciencia y de cultura, que persisten con inaudito cinismo en llamar a esta vilísima carnicería que son sus corridas ‘arte’ y ‘tradición’.
“¡Cualquier sociólogo, filósofo, historiador, artista etc.(sic), sabe que estas prácticas no son más que una masacre y una vergüenza, y los mexicanos debemos esforzarnos resueltamente por erradicar esta barbarie para siempre!”
Respuesta: No, no es increíble que se haya publicado la frase que redacté. Hay frases peor redactadas y nadie dice nada. Por lo demás, ejerzo mi derecho a la libertad de elegir cómo divertirme. Lo del “despedazamiento” me parece un exceso, porque despedazar significa “hacer pedazos un cuerpo” y eso nunca lo he visto en una corrida —una acepción de la Real Academia de la Lengua se refiere a despedazar como “maltratar algo no material”, pero no es el caso—.
Y, Eduardo, no sé a qué países se refiere; si es a países desarrollados, le informo que en el sur de Francia sigue habiendo corridas de toros. En China no, pero eso me parece natural porque nunca las ha habido. Lo del nivel de moralidad ni lo discuto: soy de la más baja ralea. Y mi cultura y la de muchos taurinos puedo presumir que es muy amplia.
Mensaje de Bernardo Cañarte. “Sr. Director del diario Portal, qué vergüenza que publiquen artículos como el de éste señor, fomentando la tortura y muerte de animales disminuidos para la diversión de alcoholicos y sádicos. Este espectáculo forma parte de residuos arcaicos deplorables, que están por desaparecer pronto en Europa; en la mismísma España, 71% de los ciudadanos los rechazan. Si siguen existiendo, es porque, como en México, son financiados y difundidos con recursos públicos, CON NUESTROS IMPUESTOS, que quisiéramos ver empleadosen (sic) la educación, la salud, y en la verdadera cultura! Si existiera la democracia en este país y se hiciera un referendum, hace muchoque (sic) no tendríamosque (sic) tolerar que en nuestro país, donde el principal problema junto con la pobreza es la violencia, se siguieran llevando a cabo estas actividades que están íntimamente ligadas con la criminalidad y la violencia familiar; la policía de todos los países civilizados lo saben y lo han probado desde hace 30 años, pero aquí seguimos hundidos y dominados por mafias e intereses que están por encima del derecho. ¡Hay que terminar con esto YA!”
Mi respuesta: Lo de alcohólicos no se lo admito. Hasta ahora a ninguna plaza a la que haya asistido he visto que la totalidad del público termine ebrio. Lo de que desaparezca la fiesta brava está por verse —a menos que el señor Cañarte tenga poderes adivinatorios—. Y lo de que se “financian y difunden” con nuestros impuestos es un despropósito sin fundamento. Me encantó lo de la tolerancia y la violencia familiar: si 70 por ciento de los mexicanos nunca ha ido a una corrida de toros —según la encuesta que me envío otro antitaurino— y en 70 por ciento de los hogares mexicanos hay violencia, es fácil deducir la inexistente relación corrida de toros-violencia intrafamiliar.
La inexistencia de la democracia se la dejo como tema a partidos, políticos y gobiernos.
Y mañana, con las últimas respuestas, le daré la puntilla a este debate.

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