lunes, 4 de mayo de 2009

Conspiración

Media docena de correos electrónicos han llegado hasta mi buzón con la teoría de que la epidemia de influenza es producto de un compló internacional.
Las conspiraciones internacionales se las dejo a las películas de James Bond. Así que el compló de petatiux que enarbola el correo electrónico que comienza con “Me acaba de llegar este correo, creense su propia opinion (sic)”, me hace opinar que los conspiracionistas son más peligrosos que la influenza porcina misma.
Además de unos alcornoques en materia de aritmética. Cosa que deduje fácilmente en los primeros párrafos del mensaje en cuestión: dicen que en la reunión de los G7 se tomaron dos conclusiones fundamentales y enlistan tres. Adicionalmente, al señalar los integrantes del G7 mencionan seis países.
Mejor que un sketch de Los hermanos Lelos. Todavía lo leo y me muero de la risa.
Enseguida una serie de hechos inconexos, que para efectos del compló poco se necesita para enlazarlos. Por ejemplo, decir que Sanofi Aventis anunció el 27 de abril “que inyectara 100 millones de euros en una nueva planta de vacunas”… el anuncio, real, ocurrió el 19 de abril, y la planta se construye desde hace semanas en Ocoyoacac, en el estado de México.
Luego, los conspiracionistas hacen una afirmación sin sustento: la industria farmacéutica “a nivel mundial tenía problemas financieros por la baja en la venta de medicamentos”. Ajá, cómo no. Como si la gente que se enferma todos los días de mil y una enfermedades no comprara ni una triste aspirina.
Sin olvidar sus conclusiones irrisorias. Como decir que hay dos alternativas: que continúe la suspensión de clases o decir que se controló la enfermedad. Sí, verdad. Nomás hay de dos sopas, con compló o sin él. Si hasta las conspiraciones tienen algo de lógica, así sea para tener la razón pase lo que pase.
Pero lo mejor viene en una serie de cuestionamientos finales. Que por absurdos son geniales. Como: “Si la influenza porcina es una mutación del virus original de los cerdos, entonces el brote de la infección debería haber comenzado en el campo y no en la ciudades”. Por supuesto, respondo: ¿o es que nadie ha escuchado hablar de la metrópoli veracruzana llamada La Gloria?, ¿esa fastuosa ciudad de millones de habitantes?
Y esta otra: “¿Por qué no han dicho el nombre del retroviral que esta ‘curando’ a la gente enferma?”.
Para responder esa pregunta basta con estar medianamente informado. El nombre comercial es Tamiflu y la sustancia activa es el oseltamivir. También está el zanamivir, cuyo nombre comercial es Relenza o Relenz. Por cierto, ninguno de los dos los fabrica Sanofi Aventis.
A los mentecatos autores del correo electrónico les preguntaría: ¿Por qué no se ponen a buscar ovnis o al unicornio azul? Juro que sería más provechoso.

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