jueves, 23 de octubre de 2008

Amero, ¡ya mero!


Un conductor loquito —muchos lo son, ¿lo ha notado?— de la radio gringa que se llama Hal Turner ha tenido a bien distribuir por el mundo mundial —vía internet— un video donde asegura que dada la crisis de Estados Unidos el dólar desaparecerá y en su lugar la moneda de uso corriente será el amero.
Desde luego, se trata de una falsedad. Aunque hay gente que ya se creyó la historia de este desadaptado social.
Pero vayamos por partes:
El amero es fruto de la imaginación locuaz de un señor llamado Herbert Grubel, al que se le ocurrió allá por 1999. Este profesor canadiense de la Universidad Simon Fraser publicó en septiembre de ese año un estudio denominado : "The case for the amero: the economics and politics of a north american monetary union" —El caso para el amero: la economía y política para la unión monetaria norteamericana, para los que no le hacen al inglés— que trata de la teoría de que la consecuencia del incremento del comercio regional en América del norte, México incluido, sería la unión monetaria, mediante una moneda llamada hipotéticamente amero.
Un diseñador de monedas, Daniel Carr, produjo una serie de ameros que se pueden comprar por internet. Son monedas conmemorativas. Sin valor legal, desde luego.
Pues aprovechando la crisis gringa y una serie de rumores aparecidos desde agosto de 2007 —además de los diseños de Carr—, el locuaz Hal Turner —que ya no puede aparecer en la radio gringa por sus comentarios supremacistas: lo que no son blancos valen pa’ puro sorbete; y de conspiración tras conspiración— lanzó un video que ha sido visto por medio mundo, donde anuncia el fin de dólar y la aparición del amero.
La propia presentación física de una moneda que en una cara dice “Union of North America” ha servido para dar soporte a la sandez.
Pero no se puede esperar otra cosa de un fulano como Hal Turner que ha llegado a negar que el Holocausto haya existido o que afirma que todos los inmigrantes rompen la ley y que habría que dispararles.
Y yo nomás digo una cosa: un amero no alcanza ni alcanzará jamás para comprar un chicle.

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