miércoles, 8 de julio de 2009

Tiranitos

Pasado ya el jolgorio que significa que fulana, zutano o perengano hayan sido elegidos presidentes municipales, síndicos, regidores o legisladores locales o federales, sigo pensando en qué clase de gente tendremos los próximos tres años y cuatro meses en los gobierno municipales y los próximos tres años en las cámaras de diputados.
Aunque ahora mismo me intriga, no será muy difícil averiguar qué clase de criaturas se avienen al poder.
Después de 15 años de elecciones que me han tocado de cerca, no es difícil darse cuenta de inmediato quién tiene redaños, honorabilidad y responsabilidad y quién de inmediato se convierte en un tiranito —o tiranita, que las hay— al que se le olvida hasta la madre que lo parió.
No me equivoco si digo que muchos de estos que hace unas semanas eran unos humildes candidatos en busca del voto popular —mucho beso, mucho apapacho, mucha atención al populacho— a partir de ya, irán pavoneando con aires de gran señor, arrogantes y sobrados como estrellas de la tele. Mudarán su actual pluma por las maneras artificiosas de los nuevos ricos.
Pero no solo los elegidos cambiarán su aspecto y trato. También los que están a su alrededor, seguros del trascendental papel que juegan en el destino del municipio mengano o del distrito zutano.
Aunque no sepan ni la o por lo redondo.
Desde luego, no descarto que haya gente con sentido del trabajo, honestidad y honradez. Pero mientras no se demuestre lo contrario, estos se podrán contar con los dedos de la mano.

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