lunes, 21 de julio de 2008

El teléfono silencioso


¿Han tenido la ingrata experiencia de estar en un lugar en el que es menester estar solo, tal vez con la compañía de un libro, revista o periodico, y de pronto suena el teléfono con tal urgencia que debe uno abandonar la insigne tarea, porque no hay nadie que pueda contestar?
Sí. Pues supongo que con la inspiración cortada —hacer del cuerpo, como diría el clásico, requiere cierta inspiración—, van ustedes a contestar y no hay nadie del otro lado de la línea.
Uno supone que es alguien que se equivocó y acto seguido le mienta la madre sonoramente. También se piensa que es un loquito o que es alguien con tanta pena que prefirió no contestar...
Pues no. Normalmente es un call center. Sí, esos molestos telefonistas que le quieren vernder a uno de todo, desde una tarjeta de crédito hasta un maravilloso viaje al lecho marino...

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